
Aunque su esperanza de vida era de tres meses, estuvo en funcionamiento durante casi un año y recorrió 7 km. Antes de que su sistema de energía se agotara, lo llevaron a una planicie donde pudiese seguir en funcionamiento su sistema láser. Aún así, el 14 de septiembre de 1971 se perdió todo contacto.
Y aquí empezó lo increíble de esta historia. En 1993 lo vendieron en una subasta por unos 70.000 € (aunque evidentemente permanecía en la luna) y a principios de este año la cámara de un satélite de la NASA (Lunar Reconnaissance Orbiter) captó un objeto que resultó ser el Lunokhod. Decidieron "iluminarlo" y obtuvieron una respuesta, tras casi 40 años, el robot sigue en funcionamiento y realizando una pequeña función para la que fue creado.
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